miércoles, 18 de mayo de 2011

UNA MIRADA AL CONCEPTO DE COMPETENCIA


El concepto de competencia surge de la necesidad de valorar no sólo el conjunto de los conocimientos apropiados (saber) y las habilidades y destrezas (saber hacer) desarrolladas por una persona, sino de apreciar su capacidad de emplearlas para responder a situaciones y resolver problemas y desenvolverse en el mundo. Igualmente, implica, una mirada a las condiciones del individuo y disposiciones con las que actúa, es decir, al componente actitudinal y valorativo (saber ser) que incide sobre los resultados de la acción.

La competencia es un saber frente a una tarea específica, la cual se hace evidente cuando el sujeto entra en contacto con ella. Está competencia supone conocimientos, saberes y habilidades que emergen de la interacción que se establece entre el individuo y la tarea que no siempre están de antemano. También es la capacidad para responder exitosamente a la demanda compleja, de una actividad o tarea, incluyendo las actitudes, valores, conocimientos y destrezas que en forma interrelacionada hacen posible la acción efectiva. No puede ser reducida a su componente cognitivo. Abordar el enfoque de competencias es dar un viraje hacia los resultados de la aplicación de esos saberes, habilidades y destrezas. En otras palabras, las competencias se refieren a un Saber en Contexto. Por ello, la competencia se demuestra a través de los desempeños de una persona, los cuales son observables y medibles y, por tanto, evaluables. Las competencias se visualizan, actualizan y desarrollan a través de desempeños o realizaciones en los distintos campos de la acción humana.

Al hacer referencia a la efectividad se viene a mi memoria una charla que tuve en una de las tantas capacitaciones, en las cuales nos referenciaban una serie de hábitos para ser altamente efectivos, por supuesto trato de aplicarlos, es un proceso ahí voy… dentro de estos están:

- Ser proactivo: La proactividad se refiere a que ante cada estímulo del medio ambiente tenemos la habilidad de decidir la respuesta que queremos dar, somos libres ejecutores de nuestra conducta… un consejo aunque difícil de aplicar no permitamos que nadie altere nuestra tranquilidad, difícil puesto que la genética, los aspectos familiares y los aspectos ambientales a veces nos juegan una mala pasada. En la Proactividad, nuestra efectividad y nuestra felicidad está condicionada por nosotros, no por “los otros”.

Conclusión de este hábito: Lo importante es que la decisión es nuestra, somos los responsables de nuestra conducta.

En próximo documento les hablaré acerca del segundo hábito por ahora tratemos de aplicar éste.

CINTYA VALENTINA CASTRILLÓN MUÑOZ

Coordinadora I.E. José Félix de Restrepo Vélez

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